Escribo para desahogarme
Escribo para desahogarme, pues muchas veces los pensamientos se van acumulando en nuestro cerebro y van ocupando todos los espacios, y cuando ya no hay más lugar empiezan a apretarse y a molestarse, lo que causa una gran confusión mental y el cerebro termina ahogándose. Cuando se escriben todos estos pensamientos, se transportan a una hoja, ya dejan de estar en nuestra cabeza. Además, cuando escribimos, intentamos de cierta manera ordenar los pensamientos y darles un sentido. Dejan de ser ideas sueltas y se concretan, se materializan y se transforman, y esa transformación produce cambios. Y los cambios son esenciales para nuestro desarrollo humano, para nuestro crecimiento. Por otro lado, cuando escribimos estamos dialogando con nosotros mismos, pero al mismo tiempo creamos un personaje, las palabras, y también dialogamos con las palabras para darle forma al texto, para luego dialogar con el texto. Tal vez nunca nadie lea nuestros escritos, pero cuando un tiempo después nosotros los le